Una valla fronteriza será el eje central de esta exposición que pretende mostrar los espacios “sin derechos” en los que se han convertido las fronteras, situando al espectador en los lugares donde la violencia y la impunidad se anteponen al respeto por la vida y los derechos de las personas.
 

LÍBANO

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Reasentamiento y protección internacional en Líbano

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Líbano es el país del mundo que más personas refugiadas per cápita acoge en su territorio desde el comienzo del conflicto en Siria.  No obstante, es imposible saber el número exacto de personas sirias que actualmente se encuentra en el país debido a la suspensión del registro por parte del ACNUR en mayo de 2015, a instancias del Gobierno.  Este, sin embargo, estima que rondan el millón y medio. Además, hay alrededor de 18.000 personas de otras nacionalidades registradas por el ACNUR, la mayoría procedentes de Iraq. Las personas refugiadas en Líbano viven en condiciones de precariedad, en un contexto de alto nivel de desempleo, escasez de vivienda a precios asequibles y dependencia de la asistencia humanitaria.

  • El número de personas indocumentadas en el país es elevado: tanto de personas sirias sin permiso de residencia válido, como de personas palestinas llegadas en los últimos cincuenta años, no reconocidas por el Gobierno ni registradas por la UNRWA. La falta de documentos dificulta, e incluso puede llegar a impedir, el acceso a servicios básicos, como la educación, la sanidad y el empleo.
  • El Gobierno libanés se ha negado a reconocer a las personas sirias como refugiadas y no ha autorizado la apertura de campos en el país. Además, en 2015 puso en marcha una política de control fronterizo con el objetivo de contener el número de llegadas, y ha colocado en el centro de su política el llamado “retorno seguro”, como solución al desplazamiento provocado por el conflicto.
  • Es especialmente preocupante la situación de la población palestina refugiada en Líbano (incluyendo las personas refugiadas palestinas procedentes de Siria), hacinada gran parte de ella en 12 campos oficiales, y en otros asentamientos informales, que se encuentran lejos de unos estándares mínimos.
  • El aumento de las plazas para el reasentamiento por parte de España y el refuerzo de otras vías legales y seguras con este país, se tornan imprescindibles en este contexto.